Ante el aumento de la demanda popular de esos alimentos
durante la Cuaresma, el Ministerio de Salud de la Nación recordó cuáles son las precauciones que deben tomarse para
evitar intoxicaciones.

El pescado es un alimento de excelente calidad nutricional
porque proporciona proteínas de alto valor biológico, es decir aquellas que
tienen los aminoácidos que el cuerpo humano no puede producir por sí mismo.
"En estas fechas tenemos la costumbre de comer pescado,
que es un buen alimento porque aporta Omega 3, un ácido graso que contribuye a
reducir el colesterol y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. Sin
embargo, es recomendable adoptarlo en la dieta y consumirlo al menos dos veces
por semana", comentó Sebastián Laspiur,
director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles.
Por su parte, Adriana
Vince, nutricionista del Plan Nacional
Argentina Saludable, dependiente de la cartera sanitaria, indicó que el pescado aporta proteínas y
minerales tan buenos como la carne vacuna, pero contiene mucha menos cantidad
de grasas que otras carnes".
"Lo mejor es prepararlo bien cocido, al horno, al vapor
o a la plancha, y limitar al máximo la fritura", apuntó.
Las proteínas de la carne de pescado son de fácil digestión
y complementan las que aportan los cereales y las legumbres. Pero se trata de
un producto que se puede alterar con facilidad si no se tienen en cuenta
algunos cuidados al momento de su compra y conservación, indicó la ANMAT.
Recomendaciones al momento de comprar:
La compra de cualquier tipo de pescado deberá hacerse en
comercios habilitados que presenten buena higiene general y exhiban sus
productos frescos, conservados en abundante hielo (cubiertos) o congelados.
El pescado fresco debe presentar:
• Un ligero olor a pescado, pero nunca olor a amoníaco.
• Los ojos siempre brillantes, no hundidos. La opacidad o el
hundimiento son signos de deterioro.
• Las agallas rojas, las escamas adheridas al cuerpo y su
carne firme. No debe ceder ante la presión del dedo.
• Pigmentación viva y brillante.
• La columna vertebral firmemente adherida a los músculos;
si se la intentara separar de ellos, debería romperse.
• La sangre roja y brillante: si el pescado no está fresco,
el color se vuelve marrón pardo.
Una vez comprados, los pescados y mariscos deben
transportarse directamente al domicilio y refrigerarlos inmediatamente para
evitar que se corte la cadena de frío.
Al momento de la conservación del pescado es recomendable:
• Mantenerlo no más de 1 ó 2 días en la parte más fría de la
heladera y hasta 3 meses en el freezer.
• No descongelar y volver a congelar los pescados y
mariscos.
• Al descongelarlos, no hacerlo a temperatura ambiente.
• Una vez preparados, consumirlos lo antes posible.
• Consumir los pescados bien cocidos.
En cuanto a los crustáceos menores, como camarones y
langostinos, se debe tener especial cuidado en observar que no presenten
manchas negras, olor desagradable o desprendimiento entre cabeza y tronco.
En tanto, los calamares
deben tener la piel lisa, suave y húmeda, sin manchas sanguinolentas o
extrañas. Sus ojos tienen que ser brillantes y salientes, y su musculatura
consistente y elástica. Los mejillones, u otros moluscos bivalvos, deben tener
las valvas cerradas y una vez cocidos, abrirse. Si están abiertas, hay que
comprobar que se cierran con un ligero golpe. Asimismo, se recomienda que las
pencas de bacalao salado tengan un aspecto seco y sin puntos rojos o negros en
su superficie, ya que ello indicaría que tienen hongos.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación
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