lunes, 2 de marzo de 2015

La muerte de un nene alemán desata un debate global por los "antivacunas"

Berlín estudia implantar la vacunación obligatoria, una política de Estado que en la Argentina está establecida por ley. El brote en Europa se suma al registrado en EE UU. En nuestro país también hay quienes critican la obligatoriedad del calendario de inmunización, sobre todo padres jóvenes. Las ventajas del modelo de cobertura universal y gratuita.

La muerte por sarampión de un niño de un año y medio en un hospital de la ciudad más rica y poderosa de la vieja Europa –Berlín, Alemania– puso en estado de alerta a las autoridades sanitarias germanas,  y volvió a encender una vieja polémica que adquiere –también en los Estados Unidos, donde el mes pasado se registró un brote de la misma enfermedad, originada en Disneylandia– nueva centralidad: la de vacunarse o no vacunarse y, en general, la que enfrenta un modelo de inmunización optativo con el concepto de vacunación con cobertura universal, obligatoria y gratuita, como el que rige como política de Estado en la Argentina.

Son muchos los ciudadanos y organizaciones que desconfían, sobre todo en EE UU, de las políticas sanitarias de sus Estados, e invocan un derecho inalienable, el de decidir por sí mismos. Lo cual lleva a cuestionar políticas sociales que están pensadas para muchos, para todos y todas. En nombre de la libertad personal, hay padres y madres que  no hacen vacunar a sus hijos contra el sarampión, por ejemplo, lo que según la Organización Mundial de la Salud pone en riesgo a los enteros sistemas sanitarios nacionales, regionales, continentales, promoviendo enormes chances de que explote una epidemia.

Por la muerte del niño alemán, y un brote previo de sarampión registrado en octubre del año pasado que derivó en la detección y tratamiento de medio millar de casos, el ministro de Salud de Alemania, Hermann Groehe, ofreció este lunes una conferencia de prensa en la que declaró que su gobierno no descarta establecer como vacuna obligatoria la del sarampión, aunque aclaró que la decisión surgirá de una reflexión conjunta con médicos, guarderías, escuelas y organismos responsables. "La vacunación obligatoria no es un tabú, pero no se ha fijado aún", dijo.

Tótem y tabú

La Argentina no es ajena al debate global. Existen también aquí grupos que cuestionan la vacunación. Carla Vizzotti, responsable de la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación, explicó a Tiempo que en nuestro país "las vacunas llegan a todos los rincones, en las 24 jurisdicciones. El equipo de salud realiza un gran esfuerzo para que la población acceda a esta gran herramienta de prevención. La sociedad demanda las vacunas, y llegamos con ellas a poblados remotos, a pueblos originarios –donde los propios agentes sanitarios indígenas se encargan de  aplicarlas– y hasta a comunidades que se definen como cerradas."

Expertos internacionales consideran la vacuna del sarampión como segura. El riesgo de la vacuna es mínimo, mucho menor que el riesgo que supone padecer la enfermedad. Por eso mismo, las autoridades sanitarias alemanas se están esforzando cada vez más en alertar sobre aquellos que no permiten que se vacune a sus hijos, pues ponen en peligro también a las guarderías o las escuelas, actuando de manera irresponsable. Nada de esto convence a los anti-vacuna, como llaman a los que rechazan las vacunas ofrecidas por los Estados.

Tiempo dialogó con uno de los integrantes del colectivo que más hace por cuestionar la política estatal de obligatoriedad inmunológica, Argentina Sin Vacunas, formado hace un año, y que aglutina a personas de diferentes oficios y profesiones para intercambiar información acerca de los peligros de la vacunación (ver Opinión). En estos ciudadanos prevalece la convicción irrenunciable de que son los padres y madres quienes deben decidir si quieren o no vacunar a sus hijos. Invocan su derecho a la información, y a la libertad. Mientras en Europa y EE.UU la tendencia no deja de crecer, aquí parece ser una inquietud, sobre todo, de padres jóvenes.

"Vemos con preocupación a esos jóvenes padres que no adhieren a la estrategia del Estado –sostiene Vizzotti–. No dudamos de las buenas intenciones que abrigan al sostener sus propios postulados filosóficos, pero esta decisión pone en peligro la salud de sus hijos. Estas familias no vivieron las epidemias de poliomielitis, sarampión y rubéola que en el pasado afectaron al país, por lo que subestiman estos virus como causa de enfermedad y muerte."  

154 casos

154 casos de sarampión generó el último brote originado en EE UU. Como fue erradicado en el año 2000, las tasas de vacunación en 17 estados no llegan al 10% de la población. 

Importado

El último caso de sarampión registrado en la Argentina fue importado: el de una ciudadana japonesa que había venido a bailar al Mundial de Tango en Buenos Aires. 

En Change.org

En la plataforma Change.org, un ciudadano creó una petición dirigida a la Comisión de Derechos Humanos y Garantías del Congreso Nacional para juntar firmas con el objetivo de conseguir la derogación de la Ley de Vacunación Obligatoria.

Fuente: Tiempo Argentino

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