Berlín estudia implantar la vacunación obligatoria, una
política de Estado que en la Argentina está establecida por ley. El brote en Europa se suma al registrado en EE UU. En nuestro
país también hay quienes critican la obligatoriedad del calendario de
inmunización, sobre todo padres jóvenes. Las ventajas del modelo de cobertura
universal y gratuita.
La muerte por sarampión de un niño de un año y medio en un
hospital de la ciudad más rica y poderosa de la vieja Europa –Berlín, Alemania–
puso en estado de alerta a las autoridades sanitarias germanas, y volvió a encender una vieja polémica que
adquiere –también en los Estados Unidos, donde el mes pasado se registró un
brote de la misma enfermedad, originada en Disneylandia– nueva centralidad: la
de vacunarse o no vacunarse y, en general, la que enfrenta un modelo de
inmunización optativo con el concepto de vacunación con cobertura universal,
obligatoria y gratuita, como el que rige como política de Estado en la
Argentina.
Son muchos los ciudadanos y organizaciones que desconfían,
sobre todo en EE UU, de las políticas sanitarias de sus Estados, e invocan un
derecho inalienable, el de decidir por sí mismos. Lo cual lleva a cuestionar
políticas sociales que están pensadas para muchos, para todos y todas. En
nombre de la libertad personal, hay padres y madres que no hacen vacunar a sus hijos contra el
sarampión, por ejemplo, lo que según la Organización Mundial de la Salud pone
en riesgo a los enteros sistemas sanitarios nacionales, regionales,
continentales, promoviendo enormes chances de que explote una epidemia.
Por la muerte del niño alemán, y un brote previo de sarampión
registrado en octubre del año pasado que derivó en la detección y tratamiento
de medio millar de casos, el ministro de Salud de Alemania, Hermann Groehe,
ofreció este lunes una conferencia de prensa en la que declaró que su gobierno
no descarta establecer como vacuna obligatoria la del sarampión, aunque aclaró
que la decisión surgirá de una reflexión conjunta con médicos, guarderías,
escuelas y organismos responsables. "La vacunación obligatoria no es un
tabú, pero no se ha fijado aún", dijo.
Tótem y tabú
La Argentina no es ajena al debate global.
Existen también aquí grupos que cuestionan la vacunación. Carla Vizzotti,
responsable de la Dirección Nacional de Control de Enfermedades
Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación, explicó a Tiempo que en
nuestro país "las vacunas llegan a todos los rincones, en las 24
jurisdicciones. El equipo de salud realiza un gran esfuerzo para que la
población acceda a esta gran herramienta de prevención. La sociedad demanda las
vacunas, y llegamos con ellas a poblados remotos, a pueblos originarios –donde
los propios agentes sanitarios indígenas se encargan de aplicarlas– y hasta a comunidades que se
definen como cerradas."
Expertos internacionales consideran la vacuna del sarampión
como segura. El riesgo de la vacuna es mínimo, mucho menor que el riesgo que
supone padecer la enfermedad. Por eso mismo, las autoridades sanitarias
alemanas se están esforzando cada vez más en alertar sobre aquellos que no
permiten que se vacune a sus hijos, pues ponen en peligro también a las
guarderías o las escuelas, actuando de manera irresponsable. Nada de esto
convence a los anti-vacuna, como llaman a los que rechazan las vacunas
ofrecidas por los Estados.
Tiempo dialogó con uno de los integrantes del colectivo que
más hace por cuestionar la política estatal de obligatoriedad inmunológica,
Argentina Sin Vacunas, formado hace un año, y que aglutina a personas de
diferentes oficios y profesiones para intercambiar información acerca de los
peligros de la vacunación (ver Opinión). En estos ciudadanos prevalece la
convicción irrenunciable de que son los padres y madres quienes deben decidir
si quieren o no vacunar a sus hijos. Invocan su derecho a la información, y a
la libertad. Mientras en Europa y EE.UU la tendencia no deja de crecer, aquí
parece ser una inquietud, sobre todo, de padres jóvenes.
"Vemos con preocupación a esos jóvenes padres que no
adhieren a la estrategia del Estado –sostiene Vizzotti–. No dudamos de las
buenas intenciones que abrigan al sostener sus propios postulados filosóficos,
pero esta decisión pone en peligro la salud de sus hijos. Estas familias no
vivieron las epidemias de poliomielitis, sarampión y rubéola que en el pasado
afectaron al país, por lo que subestiman estos virus como causa de enfermedad y
muerte."
154 casos
154 casos de sarampión generó el último brote originado en
EE UU. Como fue erradicado en el año 2000, las tasas de vacunación en 17
estados no llegan al 10% de la población.
Importado
El último caso de sarampión registrado en la Argentina fue
importado: el de una ciudadana japonesa que había venido a bailar al Mundial de
Tango en Buenos Aires.
En Change.org
En la plataforma Change.org, un ciudadano creó una petición
dirigida a la Comisión de Derechos Humanos y Garantías del Congreso Nacional
para juntar firmas con el objetivo de conseguir la derogación de la Ley de
Vacunación Obligatoria.
Fuente: Tiempo Argentino
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