La iniciativa fue presentada por un
grupo de diputados nacionales del FpV y tiene como intención que se modifique
la denominación de "medicamentos de venta libre" por
"medicamentos de venta sin prescripción médica", como así también prohibir
la publicidad, promoción y patrocinio de los medicamentos, en forma directa o
indirecta, a través de cualquier medio de difusión o comunicación.
El grupo de diputados nacionales del FpV presentó para su
discusión un proyecto de ley que busca proteger a los ciudadanos y resguardar
su salud, entendiendo que los medicamentos, por sus características e
implicancias para la salud humana, no pueden considerarse un bien de mercado
común, y por lo tanto, la "libertad de elección" de los consumidores
debe estar enmarcada dentro del principio de preservación de la salud.
El texto propone la prohibición de la publicidad en forma
directa o indirecta, a través de cualquier medio de difusión o comunicación, de
sustancias, suplementos y/o complementos energéticos que induzcan al consumidor
a suponer que por su utilización mejorará su estado de salud, rendimiento
físico y/o mental. Establece que la publicidad de los medicamentos debe quedar
limitada a las farmacias y la misma deberá incluir carteles con infografías que
contengan información técnica sobre el fármaco, protocolos para intoxicaciones
domésticas y un teléfono de contacto o el domicilio del servicio de toxicología
más cercano a dichos comercios. Otro de los artículos establece que en los
rótulos y prospectos de los medicamentos, se deberán incorporar los nombres
genéricos. Esos nombres deberán ser graficados en una tipografía de mayor
tamaño y realce que el nombre comercial. También en el proyecto de ley se
establecen las multas y las sanciones para quienes la incumplan.
Los diputados justificaron su propuesta abordando el
problema de la medicalización - la "cultura de la píldora" - que
fomenta el uso de medicamentos ante cualquier afección o problema y que va en
detrimento de una concepción de salud integral, ligada no sólo a lo biológico sino
también a determinantes psico-sociales. Esta cultura favorece la creciente
medicalización de la vida, patologizando situaciones cotidianas y generando la
necesidad de la utilización de medicamentos para su resolución.
De esta manera, la medicalización conduce al incremento de
la automedicación que puede aumentar la incidencia de efectos adversos de los
medicamentos que deben ser atendidas por el sistema de salud: gastritis,
enterocolitis, alergias, hepatitis medicamentosa, miocarditis medicamentosa, nefritis, nefrosis,
hemorragias digestivas, intoxicaciones, teratogénesis, etc. Además, la práctica
habitual de la automedicación favorece el desarrollo de una cultura del consumo
indiscriminado de fármacos.
La Asociación de Agentes de Propaganda Médica denunció en
2011 que "la proliferación de publicidades televisivas y gráficas de
especialidades medicinales, alientan la automedicación y magnifican los
beneficios terapéuticos, pero ignoran y ocultan los efectos nocivos de estos
medicamentos cuando son ingeridos sin la prescripción y el monitoreo de un
profesional de la salud" (IEPS).
En Argentina, cada habitante consume alrededor de 13 envases
de medicamentos al año y en 2013, 1 de cada 3 fármacos vendidos fue de venta
libre, sin control de los profesionales de la salud (IEPS). Asimismo, datos
provenientes de la Unidad Toxicología del Hospital "Juan A.
Fernández" de la Ciudad de Buenos Aires, informaron que durante el año
2008 se asistieron 2182 consultas relacionadas a intoxicaciones agudas por
sustancias de abuso; de ellas 292, fueron por abuso de algún tipo de
medicamento y otras 205 fueron por asociación de algún medicamento con bebidas
alcohólicas.
También resaltaron que las violaciones a las normas –
particularmente a las de publicidad – surgen porque la dinámica publicitaria
tiene la virtud de transformarse y modificarse de un modo más veloz que las
normas que la regulan, lo cual, sumado al desarrollo de nuevas tecnologías de
comunicación, genera una situación desfavorable para el control. Según publicaciones
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el tema, los principales
motivos de incumplimiento de las normativas de publicidad sobre medicamentos se
relacionan con la información inapropiada de los riesgos, la exageración de los
beneficios y los usos no aprobados.
Existen numerosas disposiciones de ANMAT (3186/99, 4980/05,
1631/09) que establecen normas sobre la publicidad de medicamentos de venta
libre y otros. Sin embargo, estas normas determinan un marco regulatorio del
contenido de los mensajes publicitarios y propagandas dirigidas al público
general, pero no la prohíben.
Fuente: Mirada Profesional
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