Las empresas del sector
pidieron una audiencia con funcionarios del gobierno para volver a pedirles una
suba de las cuotas, antes que cierre el año. En septiembre anunciaron una
suba,, pero finalmente se rechazó. De aprobarse, el incremento de las cuotas en
2016 superaría el 40 por ciento.
En septiembre, las
empresas de medicina prepaga informaron a sus afiliados de un nuevo aumento de las cuotas, en el marco de un nuevo ajuste. Pero desde el gobierno nacional no
autorizaron la nueva suba, y al parecer había quedado congelada. Pero en estas
horas, las firmas insisten con la necesidad de ajustar sus números, y les
pidieron a funcionarios una reunión para exponerle su problemática. El planteo
apunta a que se les permita una suba del 6 por ciento como se había planteado,
y para exponerles la situación del sector. El bono de fin de año que pagarán a
sus empleados, uno de los argumentos para insistir con el incremento. En lo que
va del año, si se da la última suba, la salud privada aumentó más del 40 por
ciento.
La suba del 6 por ciento debía regir a partir de octubre,
pero finalmente el gobierno nacional no le dio el aval. Antes que cierre el
2016, las firmas decidieron volver a la carga por la suba, y pedirán a
autoridades que los reciban para explicarles cara a cara el planteo. Según
confirma en su edición de ayer el diario La Nación, las firmas presentaron en
el Ministerio de Producción una carta en la que recordaron que ese ajuste “ya
había sido consensuado con el gobierno con el suficiente tiempo”. El pedido de
un encuentro “con carácter de urgente” está dirigido al titular de esa cartea,
Francisco Cabrera, y al secretario de Comercio, Miguel Braun.
“Las prepagas quieren el encuentro para exponer ante los
funcionarios acerca de la apremiante situación que padece el subsistema de
atención de médica privada para afrontar el último de los aumentos acordado con
los sindicatos, lo que las coloca en la necesidad de contar con fondos
adicionales, como máximo para enero”, destacó el matutino porteño. Las
prestadoras, dijeron las fuentes, explicaron en la nota enviada a Cabrera y
Braun (con copia al ministro de Salud, Jorge Lemus, y al superintendente de
Servicios de Salud, Luis Scervino) que el aumento del 6 por ciento en los
salarios del sector “sólo fue posible tras recibir un aval verbal explícito de
que se autorizarían subas en las cuotas”.
“Es sumamente importante la comprensión del desequilibrio
que se generó entre los porcentajes de los aumentos de cuotas autorizados desde
la vigencia de la regulación de precios y los requeridos para mantener el
equilibrio económico, teniendo en cuenta, además, el grosero desfase financiero
producido entre la vigencia de los aumentos y la ausencia de los costos propios
de la actividad”, dice una parte de la carta, según el mismo diario.
En tanto, desde el gobierno se desmarcaron del pedido.
“Hasta anoche no habían recibido ningún pedido de audiencia y que tampoco les
había llegado solicitud por escrito, por lo cual aún no tenían una respuesta”,
informaron desde Producción a La Nación. Producción sí se había pronunciado
hace una semana cuando les bajó el pulgar a las subas: “las cartas a los
clientes que no expresan la fecha concreta de los aumentos de cuotas no tienen
validez y, por ende, no hay que abonar ese monto informado”.
Si se autoriza el aumento final, en lo que va del año las
cuotas se habrán incrementado un 40 por ciento. Esto es gracias a los 4
aumentos que arrancaron en marzo con un 9 por ciento (retroactivo a febrero),
en junio un 15 por ciento, en julio otro 5 por ciento y el final, que
inicialmente era del 9 y ahora se plantea del 6 por ciento. El sistema de
medicina privada tiene más de 4 millones de beneficiarios. La mayoría son
trabajadores en relación de dependencia que derivan sus aportes a una obra
social que tiene convenio con una entidad prepaga.
En su reclamo, las prepagas adujeron que deben solventar el
pago del bono de fin de año para los trabajadores. El gremio del sector pidió 5
mil pesos y la respuesta fue heterogénea: por ejemplo, algunos sanatorios grandes
desembolsaron esa suma; otros, 4 mil pesos y los más pequeños, entre 2 mil y 3
mil. Las empresas afirman que si a eso se les suman la incorporación de
tecnología, la inflación y otros gastos, llegan a un incremento de costos del
46 por ciento durante 2016.
Fuente: Mirada Profesional
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