Busca que se aplique a los productos procesados y
ultraprocesados.
Una herramienta elaborada por la Organización Panamericana
de la Salud (OPS) para clasificar límites de azúcares libres, sal, grasas,
grasas saturadas y ácidos grasos trans en los alimentos envasados promete
encender algunas hogueras en el campo minado de la nutrición.
El documento, titulado Modelo de Perfil de Nutrientes, se
presentó ayer en la sesión inaugural del Congreso de la Sociedad Argentina de
Obesidad y Trastornos Alimentarios (Saota) y, entre otras cuestiones,
desalienta el consumo de productos procesados y ultraprocesados (ver aparte), y
desaconseja cualquier nivel de edulcorantes, naturales o artificiales.
"Este instrumento proporciona información basada en la
mejor evidencia científica", afirmó la doctora Chessa Lutter, asesora
principal en nutrición y alimentación de la OPS, e investigadora de la Academia
Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
Lutter, que inició su presentación aclarando que no tenía
ningún conflicto de interés, explicó que con la más alta prevalencia de
obesidad y sobrepeso del planeta (62% en adultos mayores de 20 años, y una
tendencia creciente que ya ronda entre el 20 y el 25% en chicos y
adolescentes), los países miembros de la OPS pidieron en octubre de 2014 la
elaboración de esta herramienta para ayudar a distinguir alimentos y bebidas
saludables de los no saludables. Su formulación estuvo a cargo del reconocido
nutricionista chileno Ricardo Uauy, como presidente del equipo que integraron
Carlos Monteiro, Juan Rivera, Lorena Rodríguez, Dan Ramdath y Mike Rayner. En
representación de la OPS participaron Enrique Jacoby, Chizuru Nishida y la
propia Lutter.
Basado en publicaciones de la OMS y la FAO, el modelo define
la ingesta máxima diaria de nutrientes y clasifica los productos alimenticios
entre los que contienen una cantidad "excesiva" de uno o más
nutrientes críticos si su contenido es mayor que el nivel máximo
correspondiente recomendado por la OMS.
"También agrega otra sustancia sobre la que la OMS no
tiene posición, pero que a juicio de los expertos debía incluirse: son los
edulcorantes naturales y artificiales no calóricos -subrayó la especialista-.
Conducen a una habituación al sabor dulce y promueven el consumo de alimentos y
bebidas dulces. Es muy importante desaconsejarlos, sobre todo en los chicos,
porque tienen implicancias en sus gustos y preferencias para toda la
vida."
Además requiere el etiquetado obligatorio de los alimentos
envasados con declaración del contenido de energía, sodio, azúcares totales,
grasas totales, grasas saturadas y grasas trans, y una lista de todos los
ingredientes del producto, incluidos los edulcorantes sin azúcar, que
"deben declararse en cualquier cantidad y restringirse en las
escuelas".
Para el doctor Sebastián Laspiur, ex viceministro de Salud
de la Nación y ahora funcionario de la OPS, "tal como se hizo en el caso
del tabaco, es importante regular para orientar las elecciones del
consumidor".
"Los consumidores deben ser conscientes de estas
recomendaciones -dijo Lutter-. Por ejemplo, el ketchup, la mostaza, las
sopas... todos tienen azúcar agregado. No queremos estigmatizar alimentos, pero
el etiquetado frontal ayudará a que la gente no compre sin saber."
Los especialistas esperan que este perfil nutricional se
aplique a la restricción de la comercialización y publicidad de alimentos y
bebidas "malsanos" para los chicos; a la reglamentación de los
alimentos en el entorno escolar; al uso de etiquetas de advertencia en el
frente del envase; a la definición de políticas impositivas para limitar el
consumo de alimentos no aconsejados; la evaluación de los subsidios
agropecuarios, y la selección de alimentos proporcionados por programas para
grupos vulnerables.
"Cuando empecé a estudiar Nutrición, los
ultraprocesados se utilizaban circunstancialmente, algún fin de semana, no
estaban en las alacenas de la cocina", observó la doctora Rosa Labanca,
directora del Centro de Asistencia, Docencia e Investigación de la Saota.
"Es una herramienta maravillosa -coincidió el doctor
Julio Montero, ex presidente de la Saota-. Debe aplicarse no sólo a las
políticas públicas, sino también a la práctica privada en la prescripción de
alimentación y de dietas."
La clasificación según la entidad
Procesados
Hortalizas en salmuera o encurtidos; extracto o concentrados
de tomate (con sal o azúcar); frutas en almíbar; carnes saladas, ahumadas o
curadas; quesos y productos horneados, entre otros
Ultraprocesados
Snacks envasados, galletitas, helados, golosinas; bebidas
gaseosas; jugos endulzados y bebidas energéticas, y cereales endulzados, entre
otros.
Fuente: La Nación
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